En el entorno digital, donde la brevedad es clave, se ha desarrollado una verdadera economía del lenguaje . Esto se manifiesta en el uso extendido de abreviaturas, acrónimos y emojis, que permiten transmitir ideas o emociones complejas con el mínimo esfuerzo (Crystal, 2006). Por ejemplo, un simple "LOL" o un emoji de pulgar hacia arriba pueden reemplazar oraciones enteras, optimizando la comunicación en plataformas de mensajería instantánea y redes sociales. Además, la era digital ha sido un terreno fértil para la creación de neologismos . Constantemente surgen nuevas palabras para describir conceptos, tecnologías o fenómenos propios del ámbito digital. Términos como "googlear", "tuitear", "selfie", "influencer" o "meme" son solo algunos ejemplos de cómo el léxico se expande para nombrar realidades antes inexistentes (Seargeant & Tagg, 2014). Esta innovación léxica no solo enriquece nuestro vocabulario, sino que también re...
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